El nuevo enfoque de Microsoft Windows Live ID

Antecedentes

Los clientes de mensajería instantánea han estado ahí «casi siempre», desde el arcaico  ICQ, pasando por el nostálgico IRC, sin olvidar AIM (desconocido para los europeos, pero en EEUU se utilizaba bastante a mediados de los ’90).  Aunque sin duda, si una aplicación de mensajería marcó el antes y el después en la comunicación online fue MSN Messenger.

Si bien inicialmente se instalaba como una aplicación independiente, en Microsoft decidieron aprovechar su posición dominante en el mundo del PC de sobremesa de aquella época y pre-instalarlo desde la versión XP de su sistema operativo Windows, allá por el 2001.

Esto, sumado a la integración con Windows Live ID de Hotmail y gracias a una estrategia de traducción a la mayoría de idiomas, dio como resultado un rápido crecimiento en el número de usuarios de la plataforma en tiempos donde la «era social» aún no existía, llegando a convertirse en la red social más grande del mundo hasta que, a mediados del 2010, Facebook sobrepasó los 500 millones de usuarios (dato más reciente según Microsoft).

Lo relevante de todo esto es que gracias a este abuso de posición, Microsoft consiguió interconectar personas de una manera realmente sencilla e intuitiva, todo a través de un identificador único: nuestro correo electrónico.

En gran parte, gracias a esta aplicación, dejamos de ser individuos aislados, situándonos en la antesala de lo que hoy llamamos «el individuo conectado«. Se diría que llevaron a cabo el famoso eslogan «Connecting people» de Nokia, mucho antes de que la compañía de teléfonos lo acuñara.

Evolución

Desde el 2010, Microsoft ha dado una serie de pasos nuevamente cruciales que lo están llevando a posicionarse como un ecosistema conectado.

Inicialmente, podíamos conectarnos a Live Messenger desde la web de Hotmail. Después integraron su cliente de mensajería con Facebook y MySpace.

Luego vimos cómo los Windows Phone utilizaban su aplicación «Mensajes» para integrar SMS, Facebook y Messenger y en Windows 8 podemos comprobar cómo esta misma aplicación integra Messenger y Facebook, pudiendo chatear con nuestros contactos independientemente de la red en la que se encuentren.

La última jugada ha sido la de permitir chatear con tus contactos de Messenger y Facebook a través del estupendo interfaz de Outlook.com, como reemplazo al tradicional Hotmail, el cual también integra Skype, Linkedin, YouTube, Flickr y SkyDrive. No sería de extrañar ver cómo integran también Yammer en la solución de aquí a un año.

 

El reto

Si ésta decada pasada han sabido aprovechar la plataforma offline (también conocido como PC) para conectar personas, ahora tienen que aprovechar la plataforma online (también conocido como Internet) para conectar comunidades. El enfoque que tienen, es lento pero parece el adecuado. Aunque no nos engañemos: en un entorno donde se crea una nueva red social prácticamente cada día (datos estimados sin fuente real), el reto de convertirse en un nexo que interconecte las principales redes sociales, se plantea bastante complicado.

Mientras cada ecosistema trata crecer de una manera endogámica, el planteamiento por el que que Microsoft debería apostar (y parece que lo está haciendo) es por convertirse, de manera transparente, en un ecosistema que integre el mayor número posible de redes sociales.

Ese ID propio con el que antes accedíamos al correo podría convertirse en una llave de acceso a una plataforma desde la cual pueda chatear con mis amigos de Facebook y mis contactos de Messenger, mientras leo el correo y subo un par de imágenes a Flickr, comparto un vídeo en el muro de Facebook y respondo un par de tuits, todo ello manejado desde un solo interfaz, sin cambiar de aplicación y sin tener que andar poniendo más contraseñas.

 

¿Imaginas la cantidad de datos sociales que podría almacenar la empresa que lograra tal hazaña? En un mundo donde la información es poder y donde en promedio cada persona utiliza casi 3 redes sociales distintas, convertirse en la infraestructura desde la que se comparte todo ese contenido, supone conocer al detalle los gustos, preferencias, contactos, hábitos y casi cualquier dato de todos nosotros.

Y es que por si alguien no se ha dado cuenta, la empresa que domine el Big Data a finales de esta década, será quien controle las reglas del juego en la siguiente década, y parece que Microsoft está moviendo las fichas con más acierto que sus rivales…

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